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jueves, 18 de febrero de 2010

EL TAX PLANNING Un elemento importante en la Planeación exitosa de tu empresa




EVITAR IMPUESTOS ≠ EVADIR IMPUESTOS

No se trata de proponer fórmulas ilícitas para evadirse del pago de los impuestos a los que está actualmente sometido: se trata de presentar soluciones para rediseñar su actividad de manera que, aprovechando las leyes y normas existentes, usted pueda en adelante evitar legalmente una parte sustancial (a veces casi total) de la tributación.


Evitar impuestos es el objetivo del tax planning. Como tantas áreas de la economía, el tax planning (planificación fiscal) debe mucho a Adam Smith. El padre de la economía moderna escribió "nunca guardes toda tu fortuna en un solo país, porque puede suceder algo, y usualmente sucede". Hoy en día lo que más usualmente sucede es que el Estado intenta llevarse una parte sustancial de la riqueza producida con nuestro esfuerzo, riesgo e imaginación.

La planificación fiscal es un concepto que requiere darle la vuelta a la forma en que normalmente consideramos un negocio. La mayor parte de los empresarios diseñan su negocio atendiendo a todos los condicionantes y factores menos las implicaciones fiscales. El tax planning previo les habría ahorrado muchos dolores de cabeza a la hora de afrontar la tributación, pero la mayoría suele ignorar esta parte fundamental de la ecuación y lamentarse cuando comprueba que tiene que pagar una fortuna. La mayor parte de los empresarios diseñan su negocio atendiendo a todos los condicionantes menos el tributario, y después se sorprenden del alto costo fiscal de generar su beneficio en el punto escogido y de la manera decidida.

Una correcta utilización del tax planning pasa por analizar primero los costos fiscales de diversos lugares donde ubicar la generación total o parcial del beneficio, antes de decidirse por uno. También se analizarán factores como las exenciones obtenibles en unos y otros lugares, las demoras permitidas en cada jurisdicción para el pago de los tributos, y otros muchos.
Esto no implica tener que establecerse físicamente en un lugar u otro en función de la estrategia de tax planning diseñada. Basta con agregar puntos al circuito del negocio y procurar que sea en esos puntos adicionales, escogidos por sus características tributarias, donde se genere una parte sustancial del valor. Para esto se puede aprovechar muchas veces la estructura de compras, ventas y puntos de transformación, y si ésta es totalmente doméstica, hoy en día resulta relativamente fácil internacionalizar parcialmente la actividad para optimizar el costo fiscal.

En la mayoría de los países, los beneficios no sólo tributan cuando el Estado cobra su impuesto a las empresas. El resto del beneficio pasa a las rentas personales y ahí sigue tributando en años sucesivos, algunas veces sujeto a tipos impositivos elevados. Contar en nuestro negocio con más de un punto de creación de valor nos permitirá generar en nuestro país el beneficio justo para cubrir nuestros costos y para mantener una buena imagen empresarial de cara a la banca y otros interlocutores, pagando los impuestos que correspondan a ese beneficio limitado. En el otro punto, con una tributación mucho más reducida, se generará el resto del beneficio, que a veces puede ser la mayor parte, y que pasará a las cuentas protegidas del empresario en un centro offshore o le será entregado periódicamente de la forma que se haya establecido en cada caso. Sin vulnerar las leyes de ninguno de los países intervinientes, sino aprovechando las opciones de cada uno y las diferencias existentes entre ellos, se situará ese beneficio adicional a disposición de quien corresponda en cada caso.

Es importante tener en cuenta que el objetivo no es escapar de la fiscalidad, sino situar la generación del beneficio principal en el punto más adecuado de la cadena que implica todo negocio, estableciendo eslabones adicionales si es necesario. Así podrá beneficiarse de depósitos, inversiones, cuentas y propiedades en otros países (incluyendo, desde luego, aquellos donde el secreto bancario está perfectamente protegido

El tax planning permite diseñar estrategias capaces de minimizar el impacto fiscal hasta en un ochenta por ciento (dependerá del sector de actividad, la estructura de costos y ventas y otros muchos factores). En el peor de los casos, como mínimo se habrá reducido un porcentaje sustancial de la carga tributaria, sobre todo la parte que corresponde al beneficio personal de los socios. Es principalmente esta parte del beneficio la que conviene no generar en países de elevada tributación sino en otros donde el costo fiscal sea reducido. Una correcta planificación fiscal ayuda tanto a la empresa como, sobre todo, a sus propietarios, ya que facilita a éstos la creación y el mantenimiento de depósitos sometidos a una fiscalidad benigna en jurisdicciones seguras y generalmente cercanas.

Es muy importante ponerse en manos de especialistas con acreditada solvencia profesional, ya que una mala planificación y gestión puede ocasionar problemas con las autoridades fiscales por no haberse diseñado el circuito del negocio atendiendo estrictamente a las disposiciones y normas de cada lugar, y provocar así responsabilidades innecesariamente. Un buen tax planner (planificador fiscal) es hoy en día un aliado imprescindible de todo empresario, y suele colaborar con el despacho de asesoría fiscal y legal que lleva los asuntos de su empresa.

CONSIDERALO
No es indispensable operaciones en el exterior para tener un buen TAX PLANNING, un buen tax planner puede ayudarte a estructurar tu planeación fiscal incluso solo con operaciones locales, consulta un experto y no olvides este elemento en la planificación de tu empresa.

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